Creo que el truco que os voy a contar en este post es una tontería a los ojos de personas que no conozcan bien los deportes en los que se mezclen aspectos como el dinamismo y la fuerza muscular, el control mental, la relación y la respiración. Así que lo explicaré desde mi experiencia.
Supongo que llevo toda la vida con intolerancia a la fructosa, solo que antes era tan delgada que ni siquiera me daba cuenta de que podía estar algo hinchada. Nunca he sido una chica sedentaria, de hecho, casi todos los días salía a hacer senderismo. Fue a partir de los 18 años cuando me di cuenta de que la chica super delgada del pasado estaba cambiando.
Siempre he sido una hater de los deportes grupales y en parte de los gimnasios, así que decidí apuntarme a clases de Pilates. Solo estuve año y medio, sin embargo, creo que me cambió la vida pues descubrí una serie de ejercicios que podía hacer en casa y que eran bastante efectivos.
Me volví una adicta, pues el día que no me tocaba clase, hacía deporte en casa y era tal la eufórica sensación que sentía después de cada sesión que realmente obvié el lado estético y me enfoqué en mi bienestar.
Mi profesora era una mujer de 30 años, se llama Carol, tiene un cuerpazo y dos hijos. Me enseñó mucho, pues en absolutamente todas las clases prestaba especial atención a la respiración y al motivo de este post, a la contracción.
Nos hicimos muy amigas y compartió conmigo su truco más valioso, ella lo llamaba: El hilo en el ombligo.
Carol no tenía tiempo de ponerse a hacer abdominales fuera de las clases y por ello su truco era (y ahora el mío) imaginar que hay un hilo que tira del ombligo hacía dentro y realizar todo tipo de tareas domésticas o hacerlo plácidamente con un café y un libro, la técnica se puede realizar en cualquier sitio a cualquier hora.
Una buena profesora de Pilates o Yoga siempre aconseja a sus clientas contraer el abdomen mientras se realizan ejercicios en clase para trabajarlo, pues esto hace que se trabaje mucho más. No hay que confundir esta técnica con los abdominales hipopresivos o ‘Low Pressure Fitness’ aunque se parecen bastante en el concepto es una técnica en la que hay que retener la respiración y no es el caso.
Esta técnica, Carol se la llevaba fuera, a su vida real y llevo realizándola desde entonces y en todos los momentos del día que me acuerdo pues no cuesta nada y hace mucho.